miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Comienzos difíciles?

La finalidad de todo para mi era la medicina.


Quería estudiar medicina desde que tengo conciencia, y así me lo repitió mi madre millones de veces cuando quise tirar la toalla.

Todos los que queremos optar a ser médicos sabemos lo complicado que es el camino. Entrar, estudiar, aguantar, aprender, el MIR, la residencia... Pero casi todos estamos dispuestos a "sufrir" este duro camino porque nuestra finalidad es esa, sufrirlo. Aprender, crecer, diagnosticar, curar, ser médicos.

Ir a vivir a una ciudad diferente a la tuya así esté a solo 170 Km. de distancia es duro. Vivir con desconocidos, no tener a tu familia cerca, perder de vista a tus amigos de toda la vida, dejar atrás tu casa, tu bar, tu centro comercial, tu discoteca preferida, el super donde hacías la compra (cuando la hacías...), la playa -oh mi maravillosa playa- y millones de cosas más.

Al principio piensas lo horrible que será, lo sola que estarás y lo mal que lo vas a pasar.

Lleida no era una ciudad que me llamara la atención. No es la ciudad en la que sueñas estudiar ni a la que siempre has deseado viajar. ¡Pero que grata sorpresa me llevé!

El ambiente en la facultad es inigualable, tus veretanos te ayudan en todo, te pasan apuntes. En 2 semanas ya nos conocíamos toda la clase. Nunca me he sentido sola aquí. La ciudad es pequeña pero tiene encanto. No es un pueblucho lleno de cabras (con todo mi respeto y amor a las cabras), hay fiesta, restaurantes, y mil cosas por descubrir.

Estudiar medicina aquí es la mejor decisión que podía haber tomado.


En estas fotos muestro distintos momentos de las novatadas.
Aunque os dé miedo lo que os puedan hacer vuestros veteranos (quizás lo sea yo), no podéis faltar.

Conoceréis a muchísima gente y os lo pasaréis en grande.


Disfrutad de la totalidad de la carrera. Haced todo lo que podáis.

Recorred la ciudad en compañía, descubridlo todo. Lleida tiene su encanto. Primero puede ser apasionante.



S.
7/10/15

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